Si tienes un perro, seguro que sabes lo reconfortante que es llegar a casa y recibir su cariño. Pero lo que quizá no sepas es que este gesto tan simple tiene muchos beneficios para tu salud mental y física. 

Según varios estudios científicos, acariciar a tu perro puede ayudarte a reducir el estrés, prevenir la depresión y mejorar tu autoestima. ¿Quieres saber cómo? Sigue leyendo y te lo contamos.

El poder del contacto físico

Cuando acaricias a tu perro, se produce una reacción química en tu cerebro que te hace sentir bien. Se liberan hormonas como la oxitocina, la serotonina y la dopamina, que están relacionadas con el amor, la felicidad y el placer. Al mismo tiempo, se reduce la producción de cortisol, la hormona del estrés, que puede causar ansiedad, irritabilidad e inflamación.

Esto se ha comprobado en varios experimentos realizados por investigadores de la Universidad del Estado de Washington (WSU), que midieron los niveles de cortisol en la saliva de estudiantes universitarios antes y después de interactuar con perros y gatos. Los resultados mostraron que los que tuvieron contacto directo con los animales durante al menos diez minutos al día tenían un descenso significativo de esta hormona, lo que les hacía sentir más relajados y tranquilos.

Además, estos efectos positivos pueden durar en el tiempo y tener repercusiones en la salud física y mental. Según una de las investigadoras de WSU, “la reducción de las hormonas del estrés puede, con el tiempo, tener beneficios significativos para la salud física y mental”. Por eso, desde esta universidad han creado un programa de prevención del estrés en el que participan animales y que ha demostrado su eficacia.

El antídoto contra la soledad

Otro beneficio de acariciar a tu perro es que te hace sentir menos solo. La soledad es un problema cada vez más extendido en nuestra sociedad, que puede derivar en depresión, aislamiento y baja autoestima. Sin embargo, tener un perro puede ayudarte a combatir estos sentimientos negativos, ya que te ofrece una compañía incondicional y te hace sentir querido y valorado.

Además, tener un perro te obliga a salir de casa y hacer ejercicio, lo que también es bueno para tu ánimo y tu salud. Al pasear con tu perro, puedes conocer a otras personas con las que compartir experiencias e intereses, lo que favorece tu vida social y tu sentido de pertenencia. También puedes practicar actividades divertidas con tu perro, como jugar, entrenar o hacer agility, que te harán disfrutar del momento presente y olvidarte de tus problemas.

El refuerzo de la autoestima

Por último, acariciar a tu perro también puede mejorar tu autoestima, es decir, la valoración que tienes de ti mismo. Los perros son unos maestros en el arte de dar amor sin pedir nada a cambio. Ellos no te juzgan ni te critican por tu aspecto, tu trabajo o tus decisiones. Al contrario, te aceptan tal como eres y te muestran su admiración y su lealtad.

Esto hace que te sientas más seguro de ti mismo y más capaz de afrontar los retos de la vida. Un estudio realizado por las universidades de Miami y Saint Louis encontró que los niños que tenían un perro tenían una mayor autoestima que los que no lo tenían. Los investigadores atribuyeron este efecto al apoyo emocional y social que les proporcionaban sus mascotas.

No hay duda, acariciar a tu perro no solo es una forma de demostrarle tu afecto, sino también de cuidar de tu bienestar. Así que no lo dudes y dale un abrazo a tu peludo amigo cada vez que puedas. Él te lo agradecerá y tú notarás la diferencia.