¿Sabes cómo es el proceso que estás a punto de empezar? Te contamos cómo es, a grandes rasgos, la adopción de un perro.
Lo has pensado y repensado, has pedido la opinión de los integrantes de tu casa, has hecho cuentas, dispones de espacio, tiempo y todas las ganas del mundo de incluir un perro en tu vida. Tienes claro que vas a adoptar porque quieres darle un hogar a un animal que lo merece. ¿Sabes en qué consiste el proceso que estás a punto de empezar? Te contamos cómo es, a grandes rasgos, la adopción de un perro.
Es posible que haya protectoras de animales, asociaciones o perreras que tengan protocolos ligeramente distintos.
En él se hacen preguntas relacionadas con la vida personal de la persona que quiere adoptar, si se tiene experiencia con perros, el motivo por el que se quiere adoptar, las condiciones del lugar donde vivirá el animal, qué hará con él cuando se vaya vacaciones, etc.
Una vez que se da por bueno el formulario, la protectora contactará telefónicamente con el futuro adoptante. En esta primera toma de contacto se tratará de aclarar las dudas que hayan podido surgir al rellenar el cuestionario.
Superada la entrevista telefónica, se concertará una visita al hogar en el que vivirá el perro. La idea aquí es conocer en persona al adoptante o adoptantes y ver en qué condiciones vivirá el animal.
Si todo va bien, nos concederán al perro y firmaremos un contrato de adopción en el que quede reflejada la responsabilidad que estamos adquiriendo. El contrato lo firmará tanto la protectora como el adoptante. En él se especifican las obligaciones del adoptante con respecto al animal: darle un hogar, alimentarlo, llevarlo al veterinario cuando sea necesario, no usarlo para cazar ni tampoco con fines lúdicos o para criar.
Justamente para evitar esto último, además de las camadas indeseadas y los consiguientes abandonos, en muchas protectoras los animales se entregan castrados o con la condición de hacerlo cuando el veterinario así lo indique (en el caso de las hembras se recomienda que sea entre el primer y segundo celo). En Adopta K9, no se exige la castración ni la esterilización de los perros.
Es algo que está prohibido en nuestro país desde 2018 pero, generalmente, se deja por escrito y firmada la prohibición de cortarle al perro las orejas o el rabo.
El perro se entrega con el chip de identificación que deberá ser actualizado con los datos del adoptante en una clínica veterinaria a la mayor brevedad.
